jueves, 21 de febrero de 2013

Fueron aquellos años sesenta



Volvía a casa después de una tarde de domingo en paseos por la calle principal de la Capital con la pandilla, pandilla totalmente masculina. Había sido el desahogo para un día festivo alejado de manuales con filosofías de Aristóteles o Descartes; también abandonado de las traducciones a Cicerón, Tito Livio o de memorizar el vocabulario de inglés.

Llegaba ilusionado por habernos cruzado por la misma acera en tres ocasiones con aquel grupo de chicas.
Era la ancha acera de aquella calle principal, siempre la misma acera, que propiciaba la ojeada disimulada al grupo femenino y que, si era coincidente el cruce de mirada con alguna de ellas, nos propiciaba el pavoneo por el acontecimiento ante el resto de los acompañantes y proponías otra vuelta más cantando a Los Brincos o a Adamo.
De aquella chica me había atraído la melena castaño oscura, muy cuidada, con flequillo que casi le ocultaba la mirada y le daba una apariencia misteriosa y tímida, transformando su semblante en seriedad y rigidez corporal al cruzarse con nosotros. Aquella melena me recordaba el amor platónico por inalcanzable de Françoise Hardy. E imaginaba un paseo sosegado con ella hablando de… quizá las asignaturas, sus profesores; los gustos por la música o cantantes de moda, de… Era igual el tema; soñabas, sentías algo especial por su compañía y no reparabas con quien te cruzabas… Pero, ni siquiera sabía su nombre.
La otra acera era igual de ancha; pero solamente la transitábamos para ir alguno de sus tres cines cuando disponías de algunas pesetas que habías economizado detrayéndolas de tomar un vermut en “La Casuca”; y buscabas que fuera en programación de “sesión continua”, dos películas seguidas. También cruzábamos para ver en el escaparate de Navarro Óptico la carátula del último single de The Beatles; o, en el otro comercio, en Olalla, los de Los Sirex, The Beach Boys, otro de Grieg… todos a 45 rpm porque solamente su contemplación te producía placer y evaluabas su costo para proyectar la compra de alguno con motivo de alguna celebración, algún cumpleaños. Los long play, los de 33 rpm eran prohibitivos. Fue, por lo tanto, un lujo que mi hermano hubiera comprado el disco Rubber Soul de The Beatles que me permitía ponerlo en el tocadiscos para escuchar repetidamente la canción “Girl”.

Había sido otro domingo de ilusión con los amigos y, muy a menudo, con sueños por realizar.

9 comentarios:

  1. Entré por aquí, amigo. De vez en cuando me paseo por aquí. La fotografía es extra y tú rezumas ternura por los cuatro costados. Buena gente, bellas palabras, buen vino de Cariñena a tu salud.
    Abrazos

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  2. Reitero todo lo de anónimo, veo que debe conocerte muy bien.
    Que relato tan nostálgico, precioso.

    Anónima

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  3. Un impecable relato de algo cotidiano, pero tan de verdad, tan dentro del alma, que nos hace vibrar con su nostalgia.
    Un abrazo.

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  4. Hola, Andrés:
    Este nuevo relato, tan nostálgico como todos los anteriores, me ha llevado nuevamente a León, por cuyo Barrio viejo he vuelto a pasear contigo. Siguen paseando las chicas, pero todo es un poco diferente. Además, las chicas de hoy no son ya para nosotros, aunque nunca dejemos de mirarlas.
    Lo peor de envejecer es que siempre hay chicas de 18 años que te lo recuerdan.
    Un abrazo

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  5. Cuantos recuerdos.
    Como siempre muy aoportuno.
    Gracias, Andrés

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  6. ¿Navarro Óptico?. No sé por qué lo sitúo yo en Ordoño II.
    ¡Y qué más da!.
    Tus recuerdos, no huelen a rancio, sino a la frescura del buen-saber-contar.
    Y es mucho.
    Un abrazo, Andrés.

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  7. Me abrumáis, pero me hace feliz el que se haya leído y que haya gustado.
    Y una vez más: He disfrutado escribiéndolo y me satisface compartirlo con los que me dejáis vuestro parabién, y con los que solamente lo han leído.
    Un abrazo para todos.

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  8. Tal cual. Así era. Lo describes con tanta realidad y riqueza de sensaciones ...
    Me ha encantado revivir aquellos tiempos.
    Mil gracias.

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  9. Don Andrés, debería escribir un poco más
    Lo esperamos todos con ilusión
    Salud y saludos

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