Andaba yo en
labores de comentarios radiofónicos en el año 2001, y reflexionaba con el
seudónimo de “Cartero” sobre León y sus circunstancias.
Hoy, después
de trece años, habría escrito algo muy similar… o peor.
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18/10/2001
Un año más, le han traído al Cartero desde la Sobarriba para
que deposite en el buzón radiofónico de
estas mañanas de radio, unos pareceres y opiniones que, a veces, comparte con
la burra del tío Fidel en la era de Villacil.
Quiere
empezar con buen ánimo, trasladar optimismo y dejar la polémica para políticos
en escaño nacional, autonómico, provincial y local.
Porque aquí,
en este León de nuestros encantos, no pasa nada. Sobre todo, si lo comparamos
con un mundo medieval sembrado de tanques y bombas en Afganistán; o con el
carbunco que anda saltando desde el Pacífico hasta el Atlántico por toda
América del Norte.
Pero
en este León de nuestras miserias no pasa nada de nada. Porque nuestros hijos
no van a la guerra; solo marchan a estudiar y a trabajar a Madrid o a
Valladolid; y estas ciudades, al fin y al cabo, son España.
Andaba el
Cartero el domingo pasado -fin de puente y fiesta nacional- en estaciones entre
trenes y autobuses, cumpliendo con el deber paterno de afectos en despedidas
filiales. Y allí cerca, en el nuevo estadio de fútbol, rugían unos miles de
leoneses animando a su Cultural del alma. Estaban ajenos a la pequeña tragedia
de una emigración desde una estación cada vez más provinciana en su paisanaje.
Era una escena de película en blanco y negro.
Uno,
dos, tres, cuatro… muchos más autobuses camino del sur. Y alguien reclamaba la
presencia del Alcalde para una despedida sin pañuelos al aire y con el alma
encogida ante tanta diáspora joven.
Pero
no llegaron ni el Alcalde, ni diputados, ni parlamentarios, ni concejales… Y
uno, dos, tres, cuatro… muchos autobuses pasaron delante del nuevo estadio de fútbol
cargados con vida joven camino del sur.
Y ya de
vuelta a casa, el Cartero cruzó el Puente de los Leones reflexionando sobre el
aspecto positivo y optimista de aquella situación vivida: Al menos, no se van a
Afganistán.
Es
cierto: En León no pasa nada
Sean
felices… y optimistas.
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No han cambiado
mucho las cosas; quizás a peor.